jueves, abril 29, 2010

Veinticuatro

El sábado fue 24.
Como es mi ritual habitual, me conduje al otro lado de la ciudad. No a montar guardia, sino a tentar al destino. Como siempre, la premisa es "si no aparece, es que definitivamente no era el hombre para mí" y me da changüí de un mes para seguir con mi vida, en mi búsqueda personal.

Tuve algunos contratiempos:

El bombachudo rosa estaba colgado y húmedo, todavía. Tuve que recurrir al secador de pelo para secarlo, porque no tengo plancha. Pensé en prender el horno, pero temí uqe la lycra se achicharrara en un descuido, entonces ya no tendría oportuunidad... Creo uqe si alguna vez me viera sin esa prenda, no me reconocería en absoluto. Era nuestro gesto cómplice, nuestro elemento clave.

El colectivo tardó más de lo normal.
Parece que hubo un choque en la Panamericana que causó una congestión, entonces las unidades tardaban más de lo habitual en pasar. Casi casi que no llego.

Era sábado.
Los sábados no se saca la basura. Mis posibilidades de encontrarlo abrazaban al cero. Lo cual era bueno. O no?
No, sin riesgo, no tiene tanta gracia.

Otro 24 que pasó, otro día sin verlo, sin padecerlo... un mes más para olvidarlo.

martes, abril 20, 2010

Aventura

Yo me aventuro en la ciudad, todos los 24, entre las 19 y las 20 hs., cuando paso por la puerta de su casa corriendo, siempre con el bombachudo fucsia, a riesgo de ser vista por él mismo al momento de sacar la basura.
Cuando eso no sucede, me voy en paz con la ciudad, sabiendo que nuestros territorios siguen en su lugar.

jueves, abril 15, 2010

Este texto es de César Bruto

El martes mi papá me presentó a este sEnior. Y ahora quiero compartirlo con Uds.

"A D Á N el que fue amasado con barro "


Sindudamente, adaN fue el primero que, por naser adulto, no lo trajo la ciguenia, ni vino de pariS, ni lo encontraron adentro de un repollo en la quinta, como se les dise a los nenes que preguntan mucho. Parese que sierto dia, alla en los tienpos biblicoS, el senior jehovA enpeso a amasar pedasos de barro, ya sea para haser alguna piesa de ceramicA, de alfareriA, o algunos adobes para levantar un rancho, pero cuando quiso acordar sencontro con un tremendo artefabto con 2 piernas, 2 brasos, una cabesa, un busto y todo el resto... -!Sas, me salio un honbre!- disen quesclamo jehovA, mita con alegria, mita con asonbro y mita con preocupasion-. !Vamos a dejarlo al sol para que se seque, y despues veremos para que sirve! Para ser el primer honbre de la creasion, adaN estaba bastante bien hecho y ninguna envidia le hubiera tenido a muchos de los que haora salen de las maternidades, ya sea con forcepS o mediante el parto sin dolor que tanto les gusta a las mugeres. adaN no solo era hermosO y elegante por afuera, sino que estaba perfebtamente realisado en sus detalles mas intimos, como ser el aparato dijestivo, la secresion biliaR, la sirculasioN de la sangre -!incluso adaN tenia globulos rojos y todo! -, los reflejos nerviosos intachables... !En fin, aquel honbre tenia un estado fisico sumamente fuerte, un estado moral conpletamente libre y un estado siviL gloriosamente soberanO! Todo lo cual no sinpre susede en nuestros dias, y por eso muchas mugeres se quejan disiendo que ya no vienen honbre como los de antes. Al prinsipio, la biografia de adaN fue muy tranquila, porque el no tenia ni el problema de la carestia de la vida, ni el trasporte, la escases de vivienda, ni la defensa del petroleo nasional, ni los ataques del capitalis- mo sin patria, ni la suba del dolar, ni nada que le reventara el higado. En realidad, el tipo no hasia otra cosa que comer, dar un paseo por el parai- so para bajar la comida, comer otra ves y acostarse a dormir hasta el otro dia..., todo lo cual nos hase pensar quen medio de todo fue una suerte que ocurriera lo que ocurrio despues, porque no hay ser humano que resista seme- jante vida sendentaria sin engordar espantosamente, o llenarse de colesterol o sin que se le atrofien todos los musculos... !Por algo se dise sienpre que la funsion hase el organO - y viseversa - y seguramente adaN hubiera muerto joven y con varios organos atrofiados por falta de egersisio! Por suerte, repito, un dia adaN encontro una muger que le gusto y se fue a vibir con ella, lo cual no solo fue ventajoso para el, que se libro´ de morir soltero, sino para nosotros que somos sus desendientes. O sea ques sienpre mejor haber desendido de adaN, con todo lo que era caprichoso y deso- bediente al morder la mansanA prohibida, que desender del monO, como algunos disen que desendemos. Es sierto que adaN no pudo casarse, porque en aquel tienpo todavia no esistia el matrimonio, pero de todos modos fue un autentico pionerO de la espesie humana y vino a confirmar aquel dicho que dise: " Lo que naturA no da, el casamientO no presta".

miércoles, abril 14, 2010

Complejo

Sé que hay algún tipo de relación entre la lluvia, los paraguas y Edipo de Tebas... Creo que estas situaciones -la de los paraguas y la lluvia- refuerzan la potencialidad, la po si bi li dad, de terminar como el mismo griego, sólo que no seríamos nosotros quienes nos arrancáramos los ojos.

lunes, abril 12, 2010

Finalísima

No sé cómo concluir. No sé cómo cerrar los relatos. Cómo llevar al lector pasito a pasito hasta el desenlace. Sólo puedo terminar con las cosas... o abandonarlas y no finalizarlas nunca.
Creo que es por eso que no escribo más.
Cómo ser escritora si no puedo concluir una historia? Cerrarlas, ponerles el moñito, decir "hastalavistababy", darles dos vueltas de llave, colgarles el cartel de Se Vende, darles el besito de las buenas noches, despedirlas con un pañuelo blanco en la estación de tren, decirles "hastaacállegómiamor", ponerles la palabra FIN al final de la hoja.

En cambio, las dejo a su

martes, abril 06, 2010

Miedo

Qué extraño es el mundo de la depilación, en principio femenina. Una depiladora puede oficiar también de psicóloga (o paciente), de gurú, de consejera, de muda, de geisha o de perversa.
Una entrega sus infinitos vellos a la lobreguez de la luz de tubo fluorescente, a la radio Disney de fondo, al papel que quieras o no, se arruga, se pega, se encera.
Quizá haya un ventilador que ayude con la tarea. Un ventilador viejo, que siempre tira la misma cantidad de aire (poco). O un abanico de paja, que es agitado con mucho empeño.
El ritual suele ser el mismo. Con la pregunta iniciática de “qué te vas a hacer”, una selecciona regiones de su cuerpo, como quien elige del menú. De cualquier manera, cada depiladora tiene su propia versión de la geografía corporal. Lo que para algunas es “Cavado”, para otras es “Cavado profundo” y cuesta más caro. Hay quienes de onda hacen más de lo esperado. Lo cual no siempre es bueno, porque puede resultar en la depilación en lugares imprevistos. Y no sólo puede resultar más doloroso que lo esperado, sino que después hay que mantenerlo.
Luego de indicada la o las partes a desmalezar, una se quita la ropa de forma pertinente y ahí está a la buena de dios, en (casi) pelotas frente a una desconocida. El consuelo llega rápido a las mente: “la mina labura de eso, está re acostumbrada. Además, ¿sabés cuántas más peludas/fláccidas habrá visto?”.
Una vez llegada esa frase, una trata de olvidarse y tomarlo como lo más natural del mundo. La desnudez propia no debería resultar en más que un trámite. Somos mujeres, finalmente.
El primer tirón es el que más duele. Después el resto es más o menos soportable.
Alguien desliza una palabra y comienza una conversación. O no, y quizá la depiladora es rusa, ucraniana o tímida, entonces responde con monosílabos.
Pero allí estamos, indefensas, a merced de una mina que poco conocemos, que nos vierte un inmovilizante caliente: ¡no podemos escapar!

Como la depiladora de Montserrat, loca como una cabra, se preguntaba y se respondía en su letanía, voz adentro, una y otra vez. Se llamaba en tercera persona y cada tanto pedía una aprobación “No, Kairelita? ¿Vos qué pensás? ¿Vos qué harías?” Y no había forma de responderle una generalidad.
Terminé dándole la receta de la masa de tarta, a cambio de que me dejara vivir.