domingo, marzo 14, 2004

Muertitos

Los muertitos pueden no encontrarse en los cementerios, pero sí en los placares.
Hay gente que tiene muertitos repartidos por toda la ciudad. Cada esquina es un muertito.
Los muertitos a veces se la pasan llorando por los rincones y a cad transeúnte que se les cruza le cuentan sus desventuras. Otros, en cambio, están tan inexistentes y silenciosos como cuando estaban vivos.
De tanto en tanto, los muertitos pueden visitarnos en sueños pesadillosos y nos traen sabores de tiempos pasados, sudores que podrían haber sido, vengándose en su ausencia.
Algunos muertitos entran en estado de putrefacción y molestan porque hacen más perceptible su resencia/ausencia.
A otros muertitos hay que seguirlos hasta el reino de Hades (que nada tiene que ver con la soja), para clavarles su bien merecida estaca y así conseguir que no aparezcan más.
Yo creo que quienes guardan a los muertitos en el placard son porque en el fondo les gusta sentir sus hedores y saber que siguen, aunque muertos, detrás de esa puerta.
Los menos son los muertitos que rehuyen de los vivos, pero esos son los que siempre me tocaron a mí.

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