jueves, julio 30, 2009

In

Para mí que alguien estaba viendo una película de esas en donde matan a un policía o a un militar yanqui que los entierran con la bandera y vio que la doblaba de una forma re copada y pensó "¿Por qué no doblar así las múliples bolsas de supermercado?".

miércoles, julio 29, 2009

Cosas que quizá le sucedieron a la Srta. K.

Supongamos que en vez de mandarla a la calle a hacer trámites, le preguntan a la Srta. K. “¿Tenés ganas de pasear?”. Supongamos que la Srta. K. asintió feliz de poder asomar la nariz a la tarde porteña, cosa poco habitual.
Supongamos que la Srta. K. se lo tomó al pie de la letra y cuando vio un lindo pantalón en una vidriera entró a que se lo mostraran.
Supongamos que le mostraron otro y ella entró al probador.
Supongamos que no le quedó bien, supongamos que un tanto frustrada –porque no había visto uqe era achupinado- se volvió a vestir. Supongamos que el equilibrio de la Srta. K. es un tanto dudoso. Supongamos que se apoyó en una pared para vestirse.
Ahora, supongamos que esa pared no era una pared, sino uqe era una puerta. Y que la puerta daba al sótano. Y que quien tendría que haberla cerrado, no lo hizo.
Supongamos que la Srta. K. rodó seis escalones abajo y supongamos que a esta altura –y literalmente- se le rasgaron las vestiduras.
Supongamos que del susto pedía más disculpas que exigía explicaciones. Supongamos que quien estaba a cargo, estaba más asustada aún. Supongamos que la Srta. K. se volvió rengueando (-otra vez-), vistiendo ropita nueva y con cargo de conciencia, entre otras cosas, por no haberse enojado.

viernes, julio 17, 2009

jueves, julio 16, 2009

Diario de lectora: uno.

Terminé finalmente hoy con "Salvadora". Terminé hoy, porque anoche, con mucho sueño, leí un par de páginas y creí uqe me quedaban más de veinte. Pero cuando lo retomé esta mañana, pasaron cinco hojas y se me terminó entre las manos.
Me quedé conmovida por la historia de esta mujer: tan rebelde, tan anarquista, tan poderosa, tan culta; y por la forma de escritura que usa Josefina Delgado, mezclando cartas, primeras, segundas y terceras personas.

Evalúo si me enganché con un libro, cuando llego a la página 50, a veces creo uqe es necesario ese changüí para acostumbrarse a ese lenguaje particular.

Próxima estación: releer "El horror de Dunwich", de H.P. Lovecraft y retomar "Memorias de Adriano", de Yourcenar.

Espera

-Hay que esperar-, me dice y le creo. Estoy cansada de esperar, pero le creo. Mucha opción no me queda, pero le creo. Quiero creerle, aunque esta es como la decimonovena vez que lo dice. Ahora el presente está adelante... porque hay uqe esperar.
Intuyo que mis futuros una vez más se dibujan y desdibujan con una facilidad temible y envidiable. Estoy en sus manos. Confiamos en él como en un hermano mayor.
Confiamos.
Esperamos.

Y yo, que pensé que me las sabía todas con eso de esperar. Que me la pasé esperando en vano tanto, que padecí esperar, pucho en boca; ahora, -en cambio- sin tabaco, sin demasiados vacíos que cubrir, a punto de encontrarle el sabor a esperar, a esperarlo, a él, justamente a quien no me hace esperarlo, al uqe me espera siempre. A aquél que espera que le saque el disfraz de ogro (porque para mí ese rol está destinado a ogros, en parte por una extensa imaginería surgida en soledad). Espera mi desvelo, mi ubicación en mi palmera (tan cerca de la suya!), espera que aprendamos que no somos ogros. Espero aprender que no somos ogros.

Y finalmente, la agónica espera de que la muerte llegue y me deje de una buena vez hacer un duelo en paz.

martes, julio 14, 2009

Sin psicosis

Telefónica, ayer. Duplicado de factura para hacer un trámite (hay uqe aprovechar ciertos beneficios de pertenecer). Atienden hasta las 15 hs. por psicosis generalizada. Ok.
Esperamos, oh capitain my capitain y yo, hasta uqe una mina nos atendió barrera sanitaria mediante. Hasta ahí todo bien. Entiendo que no quieran exponerse a bichos ululantes.
La primera mujer que me atiende, me entrega un papelito, un número que separó de los demás ¡mojándose el dedo en la lengua! Así me lo entregó la muy caradura! Chupado!

lunes, julio 13, 2009

Parece tonto, pero tener el monitor pegado a mi nariz, hace que se exacerbe mi incapacidad de mirar más allá.
Mi horizonte se achica, mis perspectivas no llegan muy lejos. Y en el medio, las cosas pasan, transcurren, suceden. "Como siguen las cosas que no tienen mucho sentido". La gente nace, se reproduce (a veces extrañamente) y muere.
Yo quería dormir con él y no se lo dije. Armamos planes incluso en los que taza taza.
Y pese a todo, -Querés uqe vaya para tu casa?-.
Quizá vio que dormir con él era para mi la manera de alejar la sombra de la muerte que me viene acompañando. Alejarla aunque sea de mi cama, para que me deje descansar.
Y sí, es sólo cuestión de tiempo, de orden natural de las cosas. Y está bien que así sea.
Incluso, mientras soy feliz y se me rompa el corazón, la gente va a seguir naciendo, reproduciéndose y muriendo (no tan extrañamente).