jueves, octubre 28, 2004

Pagaré

Pagaré sin protesto a Ocasionales Señores Reloxianos o a su orden la cantidad de 1 (una) reseña del jugoso recital de The Doors o su equivalente en chauchas y palitos al cambio del día de la fecha, por igual valor recibido el día 27 de octubre próximo pasado, a nuestra entera satisfacción, pagadero en Liniers.

Srta. Kairel Dosflores
Las señoritas amarillas y abusonas descongeladas tienen peor sabor que las recién cocinadas.

En el mismo tren

Parece -parece es muy inocente de mi parte-, que el TrenQueSeLlevaLasCosas está demorado en mi estación.
Ahora fue el turno de la mariposa umbilical. Y una vez más sentí los colores de la piel más arraigados.
Qué más se va a llevar ahora?
Ya, de la tierna contemplación, estoy pasando a la furia posesiva.

La Srta. K. tiene quién le escriba

Gracias a Anouk por salvarme de un ataque de inspiración en el ámbito laboreal.

martes, octubre 19, 2004

Todos los caminos me conducen a mi ombligo.
Algo tan inofensivo como un papelito, me cortó la piel. Me abrió una herida.
Ah! y yo no creo en el ultrasonido!!!!!!!!!
Cómo hacen las cosas para entrar y después no poder salir?

Tampoco me explico cómo las polleras se dan vuelta o se suben.

a futurito

No puedo planear las cosas, porque las cosas pueden salir mucho mejor de lo que yo espero.

Historia de amor entre un título quevediano y yo

Me quedaron por decir muchas cosas. Necesito el tiempo para que las palabras no se me atolondren entre los dientes y los labios, y se pierdan al tun tun en el aire que se las lleva, sin ton ni son.
Extraño a mi Relox.
Mi relox no tiene números ordenados (de hecho, no tiene números at all, es de arena.) Pero a veces juega a ordenarse en un juego de la botellita en donde palabras se señalan y se besan. Y crecen. Y ahí es cuando vienen los excesos. Los excesos generadores de vida. Y yo que sigo con mis dejavuses que unen, hunden las letras del teclado. Tlap, tlap. Como mis zapatos. Como el placer de escuchar el sonido desparejo de mis zapatos. Clip tlop clip tlop clip tlop. Clip tlop en Uruguay. Clip tlop en Defensa. Clip tlop en mis oidos, mientras duermo en mi cama.

Simpa

labras.

Justo ayer, ayer a la noche, el día de ayer, con sus aglutinaciones inmundas, doblemente oriental, que me quitaron el aire y que mientras me anexaba a una masa de gente como formando parte de una gran bicha deslizándose en un conducto demasiado pequeña para ella, mis manos en alto -imposible bajarlas sin terminar con mi caudal de oxígeno- me mostraron otra pequeña bicha en mi dedo, con sus marquesitas. Y ahí fue cuando me entró la inquietud.
En la cocina, lo examiné. Me faltaba la tercera marquesita. La marquesita del antes y el después. La del piso agrietado. La que en mí se presenta como iniciática.
Lo más probable es que nada suceda. Nunca sucede nada. Nada nunca sucede.
Y lo peor, si llegara a acontecer, no me voy a dar cuenta.

viernes, octubre 15, 2004

Serpiente chimuela

Tuve un sueño hace un par de años, en el que algo tremendo sucedía cuando se perdían tres marquesitas de mi anillo de víbora.
Ya venía con una menos. Hace poco desapareció otra.
Ahora aguardo por lo que vaya a suceder.

En realidad, era para despuntar el vicio. Porque no tengo compu en mi casa!!!! y poruqe me inspiro a la tarde.

viernes, octubre 08, 2004

Los caminos misteriosos

Salía de la comisaría 12, cejijunta, chinchuda, pensando lo malo de otro cigarrillo, pero saboreándolo a la distancia. Las piernas temblaban de bronca, de cansancio, de hastío, de todo eso junto.
Las ideas empezaron a hilarse en el borde de los labios entreabiertos.
"En este momento necesito que alguien me abrace".
Seguía caminando. La ausencia de tabaco arañaba los pulmones. en algún momento, los ojos amenazaron con chaparrones aislados.
"Lo que necesito ahora es que alguien me abrace fuerte. (Voy a seguir derecho y bajar por Victor Martínez)".
Los pies doblaron en Hortiguera.
"Lo que quiero es simple: un abrazo grande y generoso."
"En este momento necesito un abrazo. Y ya que estamos pidiendo, un besito en la frente".
La esquina de Alberdi llegó rápido. La puerta del colegio estaba abierta. Marta sacaba la basura. Marta. Mucho tiempo sin verla. Apagaba sus hornallas de chica. Hacía dulce de leche casero en su casa.
-¿Cómo pasaste el 22? Yo siempre me acuerdo del 22.

El abrazo llegó desde las tardes de Cerámica, el olor a la arcilla, la glicerina, la escasa estatura de María del Carmen, el lío con Carola, la mariposa, el ranchito, la cajita...

Abrazo fuerte, fuerte, fuerte.

miércoles, octubre 06, 2004

Dura lo que... Lo qué?

Es cierto. Los siempre varían de persona a persona. Unos dos horas, a veces tres. Otros seis semanas, quizás un año. Yo todavía no determiné cuánto duran mis siempre. Creo uqe un mes, en principio, porque es el tiempo en que uno adopta un hábito. Pero si ese siempre es regalado o compartido, depende también de la duración que le ponga la otra persona. Es decir, en esas promesas de recientes exes, es muy común decir
Yo siempre voy a estar ahí para cuando me necesites.
Y es una promesa firme. Muchas veces lo es. Pero por eso no caducan? Por eso, si pasan tres años, o cuatro o cinco, todavía puedo ir a tocar el timbre a una casa ya mucho más que ajena (peor que ajena por pasado compartido. Si ajeno es nivel 0, esto sería algo así como un -5) porque no me alcanzan monedas para el bondi?
Por qué en algún momento de nuestras vidas todos pasamos por este tipo de compromisos a largo plazo? Y si nos vinieran a golpear la puerta a nosotros? Y no fuera por algo monetario?

Me parece que después de este post, mi mente se estrechó un poquito más.

Siempre Anouk D.

Anouk tiene razón. Cuándo no? Somos libros. Y en este momento yo soy un libro abierto en las manos de un lector avizado o no. Aún no sé qué es peor. Mis hojas están delicadas y finas. Y mi lomo tosco, puede erizarse al primer maltrato.
Hoy soy un libro. Mañana me dejaré en algún lugar público para empezar a circular.

Empielamiento

A pesar de la entrega, del desprendimiento y finalmente -por qué no- también de la resignación, Qué intensa fue la sensación de saber que no se podían llevar mis tatuajes.

viernes, octubre 01, 2004

Definitivamente, la hermana de la Sorpresa -y encima melliza-, es la Decepción.