lunes, junio 21, 2004

Ciego y confiado

Ella (como la Fitzgerald, como Laraña) estaba perdida. En realidad se habían desencontrado. Él la había alcanzado a la farmacia porque Ella se había acordado en el último minuto del domingo que tenía que comprar un frasquito para el pis, para los análisis del día siguiente.
En medio de un esperá-ya-vuelvo-nos-encontramos-voy-a-estacionar-el-auto se habían entrecruzados sus coordenadas -quizás alguno hubiera pasado a otra dimensión, que por otro lado es lo que seguramente sucede cuando la gente se pierde-, y Ella estaba parada en la esquina prefijada, despegoteándose la ropa a causa de la humedad y la niebla.
Empezó a deambular sin éxito y prefirió elegir una esquina más o menos neutral y con una buena visión, para ver si él aparecía por algún otro lado.
Hay momentos especiales donde los minutos son chiclosos, eternos, densos como una vacuna contra la hepatitis. Y Ella se acordaba de su hermana que se había perdido en la Casita de Tucumán, cuando todos eran chiquitos y que había dicho, después, que en ese instante de orfandad supo que otros padres la adoptarían, que viviría con ellos hasta los trece años y allí se cruzaría nuevamente con su familia original.
Algo así pasó por la cabeza de Ella. Pensó en que no volverían a verse, que era la versión para no fumadores de "me voy a comprar puchos", que él se cansaría de estar desencontrado y partiría, que bueno, que había sido lindo mientras había durado, pero qué cosa eso de irse sin saludar, y...
Y un abrazo ciego y confiado la sorprendió desde atrás. Y para Ella los pies en la tierra se hicieron más pesados, y por un instante todas las dimensiones posibles eran un solo abrazo de-vuelta-a-casa-con-hogar-a-leña.
Ella -y todas las Ellas- se sintió muy bien siendo una. Hasta que algún maldito reloj biológico marcó las doce y hubo un bip digital y todo volvió a su lugar de no-encuentro, no-abrazo, no-Ella, no-hogar-a-leña, no-él.

Los análisis dieron bien, Ella sólo tenía heridas no tan graves, algunos rasguños, moretones, pero nada que un poco de tiempo no pudiera curar.

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