miércoles, junio 30, 2004

Meditancias al copás del 2x4

Cada vez que voy a ver a una orquesta de tango, pienso en postear una crítica, bah! Una apreciación, después. Y nunca lo hago.
Pero este es el mejor momento, anque todas mis ideas quedaron en el efímero momento de la audición, y hoy no tuve un día de lo más inspirado al respecto, porque fue un momento más introspectivo, que pasivo; que es lo que cierta música requiere.
Mientras miraba al director de la orquesta (Orquesta Escuela, Emilio Balcarce), además de toda la ternura uqe me produjo, me hizo ver que la dirección es una de las formas de insertar la música en el espacio. Quitando, por supuesto, los movimientos del músico. Es como una mediatización entre el público -pasivo- y los músicos -activos, pero inmersos en un mundo diferente. Se mueven, pero en otra dimensión-.
La otra forma de espacializar la musica es el baile. Por ejemplo, hoy vi caminar a un hombre y supe que bailaba.
El baile tiene que ver con otras cosas además de la musicalidad. porque es la musicalidad aplicada. A la vida. Cada movimiento del bailarín es danza.
Es como si el baile tuviera otras repercusiones, como si fuera una forma de ser. La gente uqe baila se entrega de otra manera poruqe puede manejar su cuerpo, darle órdenes claras que el cuerpo obedece. No que rechaza y no responde. El cuerpo del bailarín, responde. Es una instancia de dominio personal más grande. Y creo uqe cuando alguien consigue dominar su cuerpo para entregarlo a los vaivenes de una música, no necesita contenerlo en otras cosas. Se relaciona de una forma diferente consigo mismo y con el entorno.
Ven?
Y todo eso por moverse paaaaaaara acá, moverse paaaaaaaara allá!!!

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