Parece -parece es muy inocente de mi parte-, que el TrenQueSeLlevaLasCosas está demorado en mi estación.
Ahora fue el turno de la mariposa umbilical. Y una vez más sentí los colores de la piel más arraigados.
Qué más se va a llevar ahora?
Ya, de la tierna contemplación, estoy pasando a la furia posesiva.
¡Zas! Había entendido bien, al final. Pobre mariposita. Le debe haber dolido más que a vos.
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