viernes, octubre 08, 2004

Los caminos misteriosos

Salía de la comisaría 12, cejijunta, chinchuda, pensando lo malo de otro cigarrillo, pero saboreándolo a la distancia. Las piernas temblaban de bronca, de cansancio, de hastío, de todo eso junto.
Las ideas empezaron a hilarse en el borde de los labios entreabiertos.
"En este momento necesito que alguien me abrace".
Seguía caminando. La ausencia de tabaco arañaba los pulmones. en algún momento, los ojos amenazaron con chaparrones aislados.
"Lo que necesito ahora es que alguien me abrace fuerte. (Voy a seguir derecho y bajar por Victor Martínez)".
Los pies doblaron en Hortiguera.
"Lo que quiero es simple: un abrazo grande y generoso."
"En este momento necesito un abrazo. Y ya que estamos pidiendo, un besito en la frente".
La esquina de Alberdi llegó rápido. La puerta del colegio estaba abierta. Marta sacaba la basura. Marta. Mucho tiempo sin verla. Apagaba sus hornallas de chica. Hacía dulce de leche casero en su casa.
-¿Cómo pasaste el 22? Yo siempre me acuerdo del 22.

El abrazo llegó desde las tardes de Cerámica, el olor a la arcilla, la glicerina, la escasa estatura de María del Carmen, el lío con Carola, la mariposa, el ranchito, la cajita...

Abrazo fuerte, fuerte, fuerte.

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