miércoles, febrero 16, 2005

Cajas Chinas

Ya por la mañana me había preguntado cómo quedaría una foto de Chet Baker blanca y negra como fondo de pantallas.
Cuando todavía me chocaba con la gente y me tenté con un par de zapatitos que no debía pero quería.
Después el día transcurrió extraño y delicado, aunque antes pensé sobre la experiencia del hada -que con un golpe mágico convence a una señora que le abra la puerta-, de la bruja -que así con taquitos y pintada podía sacar los dientes y las uñas para mandar a un Sr. a que se metiera un palo en el orto a los oidos de todos-, de la puteada-de la experiencia sumamente liberadora, mágica e inquietante que siempre termina en la risa tranquilizadora que la lleva a una a volver a conocerse a sí misma-, de la cucaracha -que en la calle y dada vuelta, tiene las patitas traseras de las que habla la canción extendidas al mundo como si estuviera a punto de parir-.
Luego, nada más interesante.
Puse la foto del doble Chet Baker frente al piano como fondo de pantalla y generó en mí demasiada influencia. Una voluptuosidad, una intensidad que puso el día dos tonalidades más rosa.
Hasta el calendario saltó dos pasos y me acordé de Él. Siempre me pregunto cuántos Él tiene la gente (Éles o Ellas). Él que perfectamente podría ser Chet (descubrí algunas líneas que podrían haber coincidido y quizás con un poco de maquillaje...), que feliz aceptaría. El James Dean del jazz diría hace un par de años.
Cuando salí del trabajo, el rosado continuaba tras mis ojos: ya no me chocaba con la gente. No tenía apuro y disfrutaba de clip tlop. Me acompañó unas cuadras hasta que el ruido de los colectivos, el tránsito y los apurones me zumbaron como la advertencia de que la realidad es así, chata y polvorienta, y por eso yo le agrego pasión y drama a las cosas, violines, humo, truenos y relámpagos de efectos especiales para hacerla más entretenida.

-Cantinero, quiero una maquinola-, fueron mis palabras antes de sentarme a acabar esto, a regodearme entre estas húmedas y tibias palabras que dejaron en suspenso el hollín de los automóviles

4 comentarios:

  1. No sería raro que uno de esos colectiveros fuese Baker; incluso muchos taxis deben estar manejados por músicos.

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  2. Pasó también que Chet asesinó a una niña en un Chat. Yo lo sé, alguien escribió sobre eso.

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  3. Y yo puedo atestiguar. Acerca de que Anouk sabe y de que alguien escribió sobre eso, no sobre el asesinato en el Chat Baker, por favor no me comprometan...

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  4. Tenía entendido que se trató de un suicidio...

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