Para él no es más que un cofrecito. ni sabe qué es lo que hay adentro. Le tira pálidas hasta que se entera, al final de la escena
y
él nunca tiene miendo ("soltame, forro! Vas a ver cómo te pongo...").
El otro, llora a la noche, los roles se invierten. Así lo consuela, lo tranquiliza y empiezan a urdir el plan.
Me encanta Relox.. de verdad...
ResponderBorrarTe quiero mucho, Srta. K
Qué lindo tu primer comentario!!!
ResponderBorrarYo también te quiero mucho!!!!!
Srta. K.