domingo, octubre 30, 2005

La vio en la esquina, bajo el sol, su lugar natural. La primera reacción fue la sonrisa inesperada, la alegría. Verla era un regalito y no lo esperaba. A medida que avanzaba, el tiempo y el espacio lo llevaron por el camino de las explicaciones, de las justificaciones, los roces, la última vez que se habían visto, las circunstancias... Él no entendía por qué lo invadía una suerte de culpa, por qué tendría que disculparse, si las cosas siempre habían sido claras, si nuca le había prometido nada; no cabía ambigüedad entre ellos. Y esta era una de las tantas manifestaciones extrañas de la casualidad, y él no sabía que ella iba a estar ahí, por eso... No, ella no creía en las casualidades. Seguramente levantaría una ceja.
Ella en cambio nunca hablaba, nunca explicaba nada, sólo su rostro explotaba en miles de gestos, de pequeñas contracciones, cambios de color y temperatura que se hacían palabra por ella. A veces hasta sonreía mientras moría por dentro. Le pasó por primera vez cuando sus nuevas compañeras de colegio disputaban con quién dormiría en el campamento. La habán felicitado por eso. Desde ese momento adoptó el modus operandi.
Él no lo sabía. Ella no lo había compartido.
Ya estaba muy cerca, ella estaba muy concentrada leyendo algo. Todavía no lo había visto. Podía escapar. Podía huir. Le dieron tremendas ganas de abrazarla, de contenerla. Que ella le dijera "Malo!" y se pusiera a llorar (ella no había llorado con él, lagrimeó un poco una vez con una canción, pero no contaba) y él la abrazaría con fuerza, sentiría cómo latía su corazón contra el suyo, aunque supiera que no debía hacerlo. Pero ella no se había mostrado vulnerable ante él. En cambio, sin saberlo, se manifestó poderosa. Ella nunca lo supo, él tampoco lo había compartido.
Eso le cambió el humor, lo desilusionó. Lo llevó nuevamente a la fricción y a esas últimas circunstancias de als que no haría mención, porqeu según el no ameritaba. Se detuvo a una distancia poco comprometedora.
-Qué tal?
-"Lo contrario de una cosa"-, leyó.
-¿Antimateria?
-Siete letras.
Y recién ahí fue cuando ella lo miró. Los ojos a la luz del sol se le transparentaban aún más. Ahora era él quien no podía decir palabra. Podía verla completamente vulnerable, abierta de par en par. Su interior estaba expuesto, esos ojos le mostraban dolores antiguos, caducos, ya lejanos. Esa mirada lo lastimaba. Ella notó algo (ella eraa bastante perspicaz) y no era su intenciónn incomodarlo. Sonrió apenas (ya no acostumbraba sonnreir de par en par cuando no lo deseaba), sonrió cortés, con cariño; con las comisuras rosas llenas de picardía: tampoco continuaba siendo la nena buena. Sonrió y se fue.
Él se quedó viendo como el sol acompañaba su camino, con la mirada cristalina atravesada en algún lugar que hubiera querido olvidar fácilmente. No le iba a resultar tan simple.
Nunca más volvieron a verse.

13 comentarios:

  1. De Pez a Relos, de Kai a Roger y así hasta qué se yo cuándo y por qué.

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  2. http://pezdeciudad.blogspot.com

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  3. me encantó estelugar, un agradable descubrimiento.
    cariños.

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  4. A veces me parece que sin desencuentro s es difícil escribir bien.

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  5. Muchas son las formas de desencuentros o desamores, pero no hay peor desamor que el no intentarlo....
    ¿que paso despues? por que el no la siguio??

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  6. Gracias, Microcosmos! Las puertas están abiertas para recibirte cuando gustes.

    Islalopeña: lamentablemente tengo que admitir que mi profesor de Literatura de la facultad tenía razón al decir qeu uno no escribe cuando es feliz.

    La literatura sale de las disconformidad, para cubrir esos intersticios.

    Y él no la sigue, porque no seguirla está en su naturaleza y no puede controlarlo. Además, él nunca la alcanzaría.
    ;o)

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  7. Sí, sí. Está claro que se trata de un desencuentro genético, nada de talvez- quizás-porahí-quiensabe ... allí.

    Si seré jodida que a veces extraño mis bellos desencuentros. ¿Cuestión de dar con la poética de nuevos intersticios? ¿Hay?

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  8. No estoy de acuerdo. Me gustar pensar que él la ha seguido tantas veces que ya no quiere encontrarla; o mejor, que escribió un cuento para que sea ella la que ahora se vuelva a mirar atrás y lo busque a él (y a ella misma) en esas letras o a la vuelta de todas las esquinas.

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  9. Mirá pez que eso funciona: lo escribís en el cuento para que pase y termina pasando.

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  10. Íslalo:
    no funciona al revés? Lo escribís y no pasa? (se escapa por la pseudoliteratura)

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  11. Uf...creo que sí tenés razón: a veces escribir es conjuro,
    pero también lo otro: también preaviso.

    Tengo hechos a favor y en contra de ambos.

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  12. "se vuelva a mirar atrás y lo busque a él (y a ella misma)" -- Hermoso roger.

    "Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación de saber que estas son las últimas letras que te escribo" -- Joaquinito.

    No es estrictamente hecho pelota que uno escribe bien. Simplemente necesita un sentimiento voraz y fortísimo, sea bueno o malo.

    Qué bien que escribís, guacha!

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  13. O simplemente, la terrible necesidad de crear una vía de escape posible porque la realidad es fea y duele. Porque ellos nunca más se van a encontrar.


    Srta. K.

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