Siempre hay que sospechar de lo uqe se dice. Cuando uno dice "yo no...", se genera un fantasma de igual magnitud, pero de sentido contrario. Como la otra cara de la moneda. Por lo tanto, si se afirma "yo no...", implica que hay un "yo sí..." que se está negando. Que se niega, pero uqe está. Que porque se niega y se esconde, parece hasta más fuerte.
Entonces si yo digo "No tengo ganas de verlo", en realidad estoy escondiendo que sí tengo ganas de verlo (tengo muchas ganas de verlo. Tantas, que prefiero negarlas).
Por otro lado, si yo digo "Tengo ganas de verlo", me suena como vozarrón para susurro, como si estuviera anunciando con pompa y boato un acontecimiento chiquito. Es como un noesparatanto.
Quitando, desde luego, que que yo tenga ganas no significa que él esté a la altura de las circunstancias, y demás roces conmigo misma, que me traen a pensar en la díada "yo no / yo sí". Pero eso responde a particularidades que no vienen al caso.