lunes, diciembre 05, 2005

Grève á le metro

Cuando hay paro de subtes me pasan varias cosas:

- Noto la cantidad de gente que hay, que malhumoradas brotan de las bocas subterráneas cual ratas post laborales, enflautizadas por un genio embroncado, como si el entrecejo fuera a solucionarles algo.. Todos se desplazan ahora por las veredas, tumultuando el paisaje, transformándose en la cresta de la ola urbana.
- Noto la sobresaturación del resto de los transportes públicos y veo, me resigno, a que no hay lugaar para mí en ellos. Después de casi media hora de espera, hago doble tap de Dorothy y mi calzado me lleva rumbo a casa, aunqeu mis pies sepan que no pueden caminar.
- Camino en busca de mi destino final, siempre perdiéndome en tienditas que estimulan mi deseo consumista. Y no hay una sola vez que no termine por comprar alguna pavada.
- Me entrego de lleno a mi conexión bloggeriana, que es lo único que pasa por mi cabeza cuando no estoy haciendo algo en concreto. COmo cuando camino, o cuando me ducho, o cuando vuelo. Supongo que el punto blog es el paso anterior antes de que mi enrosque llegue a "caramelo", siempre llega después del punto "Almíbar": porque el almíbar es muy dulce y yo no puedo soportarlo.

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