Mi abuela, finalmente se resignó a que con las bombachas rosas no logran que yo tenga novio. (No, no me regaló repasadores, todavía sigue intentando). Por eso, este año decidió probar con un par de aros. Que quizá, por otro lado, sean más efectivos que una serie de tradiciones provenientes de quien seguramente había dejado en remojo una bombacha blanca con alguna bandera de dudosa procedencia, por lo que largó a rodar el rumor de las bombachas rosas en Año Nuevo sólo para conformar a la propietaria original de la misma.
Sin dudas un par de aros pueden resultar más sexies que una bombacha rosa el primer día del año.