jueves, mayo 10, 2007

En las buenas

Cualquiera puede estar en las malas. Qué mejor que un llamado, un pedido de necesidad y urgencia de alguien, que nos hace sentir que somos nosotros quienes podemos ayudarlos. Y nosotros acudimos en ese rol de superhéroe y nos queremos volver protagonistas del dolor del otro o -mejor dicho- del alivio del otro. Qué mejor sensación que la de sentirse necesitado y útil. Yo, por lo menos, no puedo estar sin hacerlo. No puedo estar sin buscar la necesidad del otro y cubrirla. Busco el bienestar que me genera darle bienestar a otro.
Ahora bien. Los amigos, los afectos, los que queremos... Qué más grosso que estar en las buenas? No es acaso más lindo correrse de donde uno esté parado para festejar esa alegría del otro? Acompañar al otro sin ser protagonista, sino invitado a su felicidad? Por más que a veces dicha alegría nos recuerde el origen de nuestra propia tristeza.
No es eso más generoso?
Estar mal se vuelve un vicio, se generan lazos de necesidad y no necesariamente de afecto, amor y cariño. Es muy lindo estar en las buenas, dejarse contagiar por el otro que nos permite compartir su dicha. También tengo uqe estar preparada para recibir cosas buenas.

2 comentarios:

  1. Yo estoy indignada, no podemos pensar exactamente las mismas cosas. Es terrible, impresionante. Hace años que pienso eso, y cuando lo digo la gente asiente,pero que otra persona lo escriba es muy loco.

    Salute compañera, en las buenas y en las buenas.

    ResponderBorrar
  2. Pero m´hija! No se indigne!!! Dígnese, nomás.
    Aplaudamos las coincidencias, saludemos las diferencias!

    Salute Ud también!

    ResponderBorrar