jueves, julio 26, 2007

Doña K. y sus dos Julios

Montada en el tren de la mudanza constante, cada vez que visito la casa de mis padres termino recargada de cosas para llevarme: cosas mías o regalos o cosas que encuentro o sustraigo en silencio.
Ya finalmente llegaron los Julios. Don Julio, por un lado, mi tequila reposado que pasa el tiempo y no se termina y Rayuela de Julio C., que todavía sigue en mi cama y duerme conmigo, junto a los almohadones chicos.

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