lunes, noviembre 12, 2007

De rojo carmesí

Cuando una calurosa tarde de diciembre él avanzaba por un pasillo, yo sólo pensé acércate más, y más, y más, pero mucho más! Él se presentó, con sus anteojos de vincha, su jean medio roto y ese círculo dorado en el dedo. Yo perdí el aliento.
Él pensó que yo era una mosquita muerta y la cosa pasó sin problemas durante un tiempo, en el que yo tartamudeaba si tenía la suerte de cruzar palabras telefónicas con él. Alguna vez me dijo anoche, anoche soñé contigo, soñé una cosa muy linda, que cosa maravillosa! Y yo le dije but I still got the blues for you. Y nos empezamos a mirar con sonrisas. Hasta que por fin se me brotó la pregunta de la boca que aparecía obvio
-Hace falta que te diga que me muero por tener algo contigo?
-Ya no puedo acercarme a tu boca sin deseártela de una manera loca-, coincidió él.
Y pese a eso, yo seguí resistiéndome, hasta que el Sr. Ojos de Brujo dijo la fórmula mágica “ES POSIBLE”. Y fue ahí cuando le dije que si me das a elegir entre tú y ese cielo, donde libre es el vuelo para ir a otros nidos, ay amor! Me quedo contigo. Y los dos sonreímos otra vez, pero esta vez con sonrisas que acalambraban las mejillas. Entonces yo le susurré alma para conquistarte y él me respondió corazón para quererte, y luego los dos dijimos al unísono mientras nos mirábamos y vida para vivirla junto a ti.
Y podríamos haber sido felices, digamos que la base estaba. Pero aún restaba ajustar algunas cositas.
-Dos meses- aseguró.
El tiempo pasó y parecía que las palabras habían tomado vuelo. Pasaron días en los que hubo soles y hubo nubes, como todo. Pero por sobre todo, los meses transcurrieron exactamente iguales, como espirales. Entonces yo le dije decídete, no lo dudes más. Decídete, que no puedo resistir sin tenerte. Maldita mi suerte! Decídete, simplemente amor. Él desapareció del mapa como respuesta. Y cuando volvió, me dijo toda una vida me estaría contigo, no me importa en qué forma, ni cómo ni dónde, pero junto a ti. Pero, que también -dijo- tenía una profunda tristeza. Entonces yo le pedí que si tienes un hondo penar piensa en mi, si tienes ganas de llorar piensa en mí. Al principio, desconfió. No sabía si se trataba de pura zalamería mía o si realmente así sería. Yo le acaricié la cara y me puse muy cerca de su nariz quisquillosa y muy seria le pedí uqe se ocupara de él, le prometí que más allá de tus labios, del sol y las estrellas, contigo en la distancia amado mío, estoy. Así continuó la historia. Cuando estábamos juntos, daba miedo ver eso que es invisible, pero que entre nosotros eran chispazos de luces y colores, muchos colores. Luego, por momentos mi playa se vestía de amargura, porque su barca tenía que partir a cruzar otros mares de locura ¡Cuida que no naufrague en tu vivir! Hasta el punto en el que le pedía que nosotros, que nos queremos tanto, debemos separarnos, no me preguntes más! No es falta de cariño, te quiero con el alma. Te juro que te adoro y en nombre de este amor y por tu bien, te digo adiós.
Pero será que el amor es inevitable y una y otra vez volvía al ruedo de su capa raída. Hasta que llegó el silencio.
Ni tango, ni bolero, ni blues.
El Sr. De los Ojos de Brujo desapareció del continente americano, no ya sin decir adiós, sino sin siquiera haber dicho “Hola!”. Yo no sé ya dónde quedó anclado mi velero, si es que no se lo llevó su marea. La puerta se cerró detrás de ti y nunca más volviste a aparecer. Dejaste abandonada la ilusión, que había en mi corazón por ti. No me quedó más que darme por abandonada.
Hoy lo único que creo es que se le olvida que me quiere a pesar de lo que dice pues llevamos en el alma cicatrices imposibles de borrar. Se le olvida que hasta puedo hacerle mal si me decido pues su amor lo tengo muy comprometido, pero a la fuerza no será. Y hoy resulta que no soy de la estatura de su vida y al jurar otros amores se le olvida que hay un pacto entre los dos. Por mi parte le devuelvo su promesa de adorarme. Que ni siquiera sienta pena por dejarme, que ese pacto no es con Dios ®.

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