martes, enero 29, 2008

Había una alfombra cuadrada y había sillones.
Había un él, con vinilos de colores: naranja, amarillo y más, pero guardados.
Había una madre que llegó a la escena sólo para hablar de las bondades de los zaguanes, de perderse y encontrarse.
Había una yo. Y esa yo aceptaba vinilos y no hablaba. Y con la mirada cual achtung!, decía "mirame y no me toques. Pero mirame".

8 comentarios:

  1. Uh! Unos de mis discos preferidos!

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  2. NO K! noooooooooooooooooooooo

    sobre gustos nohay nada escrito...

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  3. uhhh que difil entender este post a esta hora de la mañana...
    voy a ver si lo leo mas tarde y puedo reflexionar algo...
    beso.

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  4. Como es difícil entender cualquier sueño... No tiene lógica!


    Siga participando

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  5. Es la primera vez que entro. Y supongo que porque me caíste bien, y mejor aún si referís a las bondades de los zaguanes y a perderse y encontrarse, y si hablas de que te miren, aunque no hablabas.

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  6. Hola!!! Bienvenido!!!

    Justo hoy leí un post que buscaba un sociólogo...

    Ahora no me acuerdo cuál es.

    Vuelvas siempres, Sr. Homeros!

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