jueves, marzo 13, 2008

A ver, Sra. mía...
Si ya me vio levantarme de mi asiento, acercarme a la puerta y muy probablemente oyó el timbre cuando lo apreté. Por qué se empeña en volver a apretarlo? Es más, por qué todas las otras personas que se levantaron después de mí -o de quien ya haya presionado el timbre- se empeñan en volver a tocar? No tienen compasión del pobre conductor que tiene que trabajar con ese chillido infame durante todo el trayecto?
Si el tipo ya sabe que tiene que parar, para qué reafirmar con cada presencia el pedido? Si no es personal la detención del transporte...
Tanto le cuesta registrar al otro que ya se tomó la molestia de solicitar la bajada?

3 comentarios:

  1. ojo, eh? porque los choferes pegan de gritos si los hinchas mucho con el timbrecito. la semana pasada en el 92, uno le dijo a una señora (a los gritos, of course)
    sr. conductor: PERO QUÉ TE PASA CON EL TIMBRE QUE NO LO SOLTÁS!!!

    casi voy a darle un beso.

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  2. Si!!!!! Los "ferchos" tienen esa tendencia psicokiller que les da trabajar con gentes y con transportes...

    Pero también hay timbres que son largos por anotnomasia y a mí me dan aghhhhhh! asco...
    No sería mejor una lucecita y ya?

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  3. hay lucecitas, como también hay timbres que se pegan aunque uno no quiera y suenan, y suenan, y suenan.

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