lunes, marzo 17, 2014

Olas que vienen, olas que van

Brasil es para mí un paréntesis, más que una vacación.

Es como si se abriera un mundo paralelo de vivencias y recuerdos que están ahí esperándome para actualizarse en cada nuevo viaje.

Vista desde el morro sur de Praia dos Ingleses. 
Y volver es como salir de esa suspensión brasileña para sumergirme en el mar ciudadano, laboral y productivo.

Eso no significa que Brasil, -mi Brasil- me aletargue. Para nada. Pero hay otro ritmo y otras prioridades que se modifican de acuerdo a lo lindo o feo que esté el día.

Después de amores y desamores por este pequeño lugar del mundo, vuelvo feliz y aún descubro cosas que valoro, como los carteles que invocan el respeto y la educación para una mejor convivencia: "Sea educado, no estacione aquí".

Comparto, entonces, un espacio de paz entre el mundanal ruido.

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