jueves, febrero 26, 2004

Estaba contenta porque estaba llevando las cosas a buen término, pero una vez más Las Cosas me hizo un corte de mangas, de la tribuna bajó un "¡Ole!", y se fueron al demonio. Bah! todavía no se fueron. Se están yendo. Las Cosas está balanceando sus pies en la cornisa, mientras que por más que yo quiera aferrarme al piso, sé que ineludiblemente tendré que vérmelas con el vacío.

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