Milagrosamente, las discusiones que enmarcan cualquier viaje en auto desde mi casa, en horas matutinas durante los días festivos, con más de dos integrantes de la flía.; hoy se mantuvieron a raya y fueron intercambiadas por un canto coral y final, casi epifánico cuanto más nos acercábamos a nuestro destino de regreso, cansados, con los corazones y las barrigas contentos.
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