martes, agosto 31, 2004

El silencio del Kairel

Sólo tenía que decir que no. Tan simple como eso. Un no a timepo hubiera evitado la pérdida mayor. Apuntar, elegir, porque no estaba eligiendo, sino apretando a tontas y a locas (esas son las más fáciles!) el botoncito uqe estaba marcado por default. Si yo en cambio hubiese tomado el mouse con decisión, le hubiera mostrado quién manda dirigiendo la flechita hacia la palabra "No", jamás habría perdido ese blog extenso que había logrado después de días de mutismo literario.
Igual, siempre es más facil llorar sobre la leche derramada.

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