viernes, agosto 27, 2004

Más meditancias

Las personas y las cosas tienen un lugar más o menos estable en la vida de cada uno. Pero cuando uno se desestabiliza, esos lugares ya otorgados se confunden, se corren. Como las tempestades en los barcos. Hace falta, entonces, que regrese la calma para que las cosas y la gente vuelvan a tomar un lugar, bien el antiguo, bien uno nuevo.

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