Quería escribir "RAPAZ apoya la oreja en la pared" y salió escrito "RAPAZ apoya la oreja en la espada".
Cri cri...
Lector apacible y bucólico, hombre de bien, discreto y sano, tira este blog Saturniano Pero si sabes contemplar, espantarte, los abismos, lee y aprenderás a amar. Alma que vas buscando abrigo y sufres mis dolores mismos, ¡apiádate!... si no te maldigo. (Baudelaire)
viernes, febrero 25, 2005
jueves, febrero 24, 2005
Reclamo
-Hola, que tal. Llamo para que me restituyan mi Capacidad de Disfrute. Sí, fue un hurto... Bah! un robo... Una mujer en el final de sus cincuentas, bajita, gordita, rubia y de ojos claros... Por la zona de Tribunales, sí... Y no se puede conseguir antes?... Yo no lo puedo gestionar, tampoco?... Bueno, le pido por favor que en cuanto llegue a la aduana me avisen... Y cuánto tardan...? ...No, está bien. La paso a buscar yo... Espero su llamado. No, mejor llamo yo la semana que viene... Gracias, adios.
miércoles, febrero 16, 2005
Cajas Chinas
Ya por la mañana me había preguntado cómo quedaría una foto de Chet Baker blanca y negra como fondo de pantallas.
Cuando todavía me chocaba con la gente y me tenté con un par de zapatitos que no debía pero quería.
Después el día transcurrió extraño y delicado, aunque antes pensé sobre la experiencia del hada -que con un golpe mágico convence a una señora que le abra la puerta-, de la bruja -que así con taquitos y pintada podía sacar los dientes y las uñas para mandar a un Sr. a que se metiera un palo en el orto a los oidos de todos-, de la puteada-de la experiencia sumamente liberadora, mágica e inquietante que siempre termina en la risa tranquilizadora que la lleva a una a volver a conocerse a sí misma-, de la cucaracha -que en la calle y dada vuelta, tiene las patitas traseras de las que habla la canción extendidas al mundo como si estuviera a punto de parir-.
Luego, nada más interesante.
Puse la foto del doble Chet Baker frente al piano como fondo de pantalla y generó en mí demasiada influencia. Una voluptuosidad, una intensidad que puso el día dos tonalidades más rosa.
Hasta el calendario saltó dos pasos y me acordé de Él. Siempre me pregunto cuántos Él tiene la gente (Éles o Ellas). Él que perfectamente podría ser Chet (descubrí algunas líneas que podrían haber coincidido y quizás con un poco de maquillaje...), que feliz aceptaría. El James Dean del jazz diría hace un par de años.
Cuando salí del trabajo, el rosado continuaba tras mis ojos: ya no me chocaba con la gente. No tenía apuro y disfrutaba de clip tlop. Me acompañó unas cuadras hasta que el ruido de los colectivos, el tránsito y los apurones me zumbaron como la advertencia de que la realidad es así, chata y polvorienta, y por eso yo le agrego pasión y drama a las cosas, violines, humo, truenos y relámpagos de efectos especiales para hacerla más entretenida.
-Cantinero, quiero una maquinola-, fueron mis palabras antes de sentarme a acabar esto, a regodearme entre estas húmedas y tibias palabras que dejaron en suspenso el hollín de los automóviles
Cuando todavía me chocaba con la gente y me tenté con un par de zapatitos que no debía pero quería.
Después el día transcurrió extraño y delicado, aunque antes pensé sobre la experiencia del hada -que con un golpe mágico convence a una señora que le abra la puerta-, de la bruja -que así con taquitos y pintada podía sacar los dientes y las uñas para mandar a un Sr. a que se metiera un palo en el orto a los oidos de todos-, de la puteada-de la experiencia sumamente liberadora, mágica e inquietante que siempre termina en la risa tranquilizadora que la lleva a una a volver a conocerse a sí misma-, de la cucaracha -que en la calle y dada vuelta, tiene las patitas traseras de las que habla la canción extendidas al mundo como si estuviera a punto de parir-.
Luego, nada más interesante.
Puse la foto del doble Chet Baker frente al piano como fondo de pantalla y generó en mí demasiada influencia. Una voluptuosidad, una intensidad que puso el día dos tonalidades más rosa.
Hasta el calendario saltó dos pasos y me acordé de Él. Siempre me pregunto cuántos Él tiene la gente (Éles o Ellas). Él que perfectamente podría ser Chet (descubrí algunas líneas que podrían haber coincidido y quizás con un poco de maquillaje...), que feliz aceptaría. El James Dean del jazz diría hace un par de años.
Cuando salí del trabajo, el rosado continuaba tras mis ojos: ya no me chocaba con la gente. No tenía apuro y disfrutaba de clip tlop. Me acompañó unas cuadras hasta que el ruido de los colectivos, el tránsito y los apurones me zumbaron como la advertencia de que la realidad es así, chata y polvorienta, y por eso yo le agrego pasión y drama a las cosas, violines, humo, truenos y relámpagos de efectos especiales para hacerla más entretenida.
-Cantinero, quiero una maquinola-, fueron mis palabras antes de sentarme a acabar esto, a regodearme entre estas húmedas y tibias palabras que dejaron en suspenso el hollín de los automóviles
lunes, febrero 14, 2005
Chet Baker no dead. Jamaica no problem
Chet Baker vino a la oficina hoy.
Lo juro.
Estaba buscando trabajo de vendedor.
Se ve que se cansó de la trompeta, el jazz, la heroína, las mafias y quiere empezar una vida nueva.
Lo juro.
Estaba buscando trabajo de vendedor.
Se ve que se cansó de la trompeta, el jazz, la heroína, las mafias y quiere empezar una vida nueva.
Previas delicias potencialmente conyugaales
Cuando fui al baño me encontré con la misma arañita de ayer, que estaba parada en el mismo lugar. ¿Qué se habrá quedado haciendo toda la noche ahí?
Y otra vez la soplé. Se movió un poco, giró sobre sí misma como quien se muerde la cola y se estacionó casi en el lugar primigenio.
Seguí mirándola fijo un rato y en el piso, descubrí un arito que había hecho hacía tiempo, con alambre enroscadito. Que bien podría decirse que tenía algo de arácnido.
Quizás la araña encontró al arito y pensó que era un araño. Como el arito no le respondía (porque era arito, no araño) la araña -ofendida- se fue lejos del arito, pero dentro de su campo visual y se quedó golpeteando la patita contra la pared, ofendida.
¿Pero toda la noche?
Y otra vez la soplé. Se movió un poco, giró sobre sí misma como quien se muerde la cola y se estacionó casi en el lugar primigenio.
Seguí mirándola fijo un rato y en el piso, descubrí un arito que había hecho hacía tiempo, con alambre enroscadito. Que bien podría decirse que tenía algo de arácnido.
Quizás la araña encontró al arito y pensó que era un araño. Como el arito no le respondía (porque era arito, no araño) la araña -ofendida- se fue lejos del arito, pero dentro de su campo visual y se quedó golpeteando la patita contra la pared, ofendida.
¿Pero toda la noche?
El miedo que paraliza me despertó anoche y no me dejó volver a dormir.
Terror, horror de re recursar una materia, sabiendo que tengo más en contra que a favor.
Terror, horror de llevar lo que elegí a su fin.
Terror, horror que endurece las piernas, las inhabilita y las posterga.
Terror, horror de lo que pasará después: deudas, más caminos interminables y llegar nuevamente hasta este punto.
Terror, horror de re recursar una materia, sabiendo que tengo más en contra que a favor.
Terror, horror de llevar lo que elegí a su fin.
Terror, horror que endurece las piernas, las inhabilita y las posterga.
Terror, horror de lo que pasará después: deudas, más caminos interminables y llegar nuevamente hasta este punto.
domingo, febrero 13, 2005
jueves, febrero 10, 2005
martes, febrero 08, 2005
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