miércoles, mayo 11, 2005

BR 05

Antes de empezar con esto, vale una pequeña introducción.
Este debería haber nacido mail. El cual nunca fue enviado al Sr. Roger W. Me lo te nos debemos. Pero del deber con gusto (que es el que no pica).

Son palabras suyas que desperezaron estas mías.
Y hoy finalmente le saqué tiempo al tiempo (porque me quedé pensando y me parece que sí tengo tiempo)
Tiene más de un mes y las palabras están llenas de arena y maresía.
Sin más
.

Ella me mira por el inventado espejo retrovisro buscando en mì alguna reacción. O si me quedé dormida. Yo, en cambio, hago todo lo posible en no entrar en su mundo, o más aún, en no salirme del mío de contemplación bloggeriana, como me gusta decir. Entonces estoy en plena comunión con el morro, que ahora se recorta en vivo y en directo sobre a canvas sky, que la luna a pesar de las nubes, se empeña en engrisar. Esa oscuridad fantástica desde donde la veo y atemorizante desde donde quisiera estar. Pero ella me mira, me cita. Hace conjeturas sobre mí y los remedios y la salud. Me mira como me miró expectante cuando dijo "Estamos en Brasil", y yo un tanto incómoda seguí en mi tren espaciotemporal que hacía que tres años (que para mí fueron dos) se disolvieraan y caducaran en una extraña sensación de continuidad. Finalmente, era lo mismo. Y mis fantasías desaparecían de cuajo y reafirmaban mi sensación ajena.No soy de aquí ni soy de allá. Pero cuando estoy aquí quisiera estar allá, como el poema de Pessoa. Y ahora me llueve sobre el morro oscuro y peludo de vegetación. Somos uno en una relación que no admite escondrijo para nada más. Somos la contemplación bloggeriana, el morro y yo. Me sumerjo en la cotidianeidad de la infancia y los años vividos. Y quizá primero debería encontrar mi lugar en este antiguo lugar, primero ajeno, luego propio y al final otra vez ajeno.
Continúo inmutable mirando el cielo y las nubes regordetas que expulsan agua fina de sus entrañas gaseosas. Ella levanta resignada el guardasol vouyerista y yo alimento mi silencio introspectivo de los viajes en auto, rumiando estas palabras. Tratando de descansar y mantenerme lejos de las novedades, del hotel, del ruido...

1 comentario:

  1. Creo que también -como me sucede con muchas cosas y lugares- soy alguien ajeno, luego propio y ¿al final? otra vez ajeno.
    Quizás por eso siempre estoy buscando en personas -a falta de locaciones o de objetos- mi persona ajena y por lo tanto propia.

    ResponderBorrar