domingo, septiembre 04, 2005

Gravedad

Las palabras graves son -pese a su nombre un tanto trágico- más simpáticas que las agudas. O si no por qué nos empeñamos en transformar a Rubén en el macanudo Rúben? O por qué, cual alquimistas, transmutamos a José en "El Jóse", Ituzaingó en "Ituzáingo" y pedimos una porción de fainá como "fáina"?
Por otro lado, las palabras esdrújulas son misteriósulas, divertídulas y refinádulas.

4 comentarios:

  1. Jejeje. Pero tenes razón, siempre siempre son más simpatícas las graves: sino, mirá lo que le pueden hacer a las esdrujúlas que creaste áhi.

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  2. Lamentablemente la sonoridad de las esdrújulas no se hace muy presente en nuestra vida cotidiana.
    Para combatir esto hay una rima infantil:
    Tengo una gata:
    ética, pelética, pelimplampética,
    pelada, peluda, pelempempuda
    Tuvo siete hijos:
    éticos, peléticos, pelimplampéticos,
    pelados, peludos, pelempempudos.

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  3. Síiiiiiiiiiiiiiiii!!!!!!!! Yo la cantaba...

    Srta. K.

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  4. ¿Cómo explica usted la conversión de la sandía calada en la sándia calada en los pregones barriales?

    ¿La convierten de grave en grave simpática?

    El refutador de leyendas.

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