Lector apacible y bucólico, hombre de bien, discreto y sano, tira este blog Saturniano Pero si sabes contemplar, espantarte, los abismos, lee y aprenderás a amar. Alma que vas buscando abrigo y sufres mis dolores mismos, ¡apiádate!... si no te maldigo. (Baudelaire)
sábado, agosto 26, 2006
El espejo del ascensor (el cual fue colocado de prepo por mi simpático vecino, el mismo que me llena la pieza de humo cuando hace asados) sumado a la perversa luz del tubo, verdosa como entrada en putrefacción, tienen la característicade mostrarme cosas que otros espejos con otras luces, no hacen. Hoy, le tocó a mis pekitas. Me miré al espejo porque no pude evitarlo -nunca puedo- y me llené de pekitas. La cara un mar transparente de pequeñas manchitas amarronadas completamente fuera de control.
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Había un espejo en mi casa que, sumado a mi miopía, tenia el delirio de hacerme ver mi cara como la de otros, y variados.
ResponderBorrarP.D.: comentario boludo para hacer acto de presencia.
Kabir: Quiero creer que sí. Convengamos eso y seamos todos felices (y comamos perdices)
ResponderBorrarRoger: Qué alegrón verlo otra vez por estos pagos! La visión selectiva (o miopía) también puede traernos esoss problemas. Pero es tan lindo salir casi cieguita, sin anteojos ni lentes a la calle..! Tan liberador!
Sime: Existen tales espejos? Dicen por ahí uqe los de lso probadores están alterados genéticamente... Pero no les vuá creer, si no, qué hago con todo mi cancherismo adquirido?
Y lo de las pekitas... Mhhhh... todavía lo estoy pensando.