Es domingo a la tarde y la gente está en la calle como siempre cuando es el día del niño. Y como siempre que es domingo para la Srta. K. Un poco de vacaciones, un poco de desarreglo. Es su día libre de las obligaciones, las rutinas, el espejo, los complejos y la ducha por la mañana. Camina preocupadamente despreocupada. Con esa falsa espontaneidad. Poniendo todo su empeño en recordarse que es domingo y uqe es su día off. Que debe olvidarse de las obligaciones, las rutinas, el espejo, los complejos y la ducha por la mañana. Srta. K. se detiene a observar más detenidamente una vidriera. Ve del otro lado del vidrio a un antiguo compañero de facultad. Hace un gesto con la cabeza. De paso cabecea a la vendedora y aprovecha para averiguar el precio de unos aros que le gustan . Entra.

Srta. K: -Hola!
Ex Copañero: -Hola! Cómo estás?
S.K.: Bien y vos?
E.C.: Bien. Yo no estoy en venta
(risas?)
S.K.: Y? En qué andás?
E.C.: A ver... desde la última vez que nos vimos, estuve estudiando afuera un tiempo, haciendo cosas
S.K.: Mirá qué bien. Dónde?
E.C.: Me fui a hacer la equivalencia de la licenciatura de fotografía en Nueva York. Volví hace un año... Sí, un año. Igual, no es mucho tiempo. Todavía me estoy acomodando.
S.K.: Ahhhhh... ... ...
E.C.: Y vos? Seguís siendo guionista?
S.K.: Sí.
E.C.: Hiciste la licenciatura?
S.K.: (sonrisa en rostro) No, ya bastante me costó terminar con guión y ahora voy a hacer un curso de crítica. En qué andás?
E.C.: Me quedó una tesis. Un documental. Y estoy abocado a eso desde que llegué. Pero todavía me estoy acomodando. Sólo pasó un año... Vos? Estás haciendo algo?
S.K.: Yo estoy en otro lado de la industria. Trabajo en una distribuidora. Se compran y se venden películas.
E.C.: (con cara de asquito tras la palabra "trabajo") Ah... Y qué te gustó de acá?
S.K.: Esos aros de caireles ((que por cierto costaban $20 cada uno, me habrán visto cara de turista)).
E.C.: Ah, mi mamá se puso a haer aros. Bah! mi mamá es psicóloga, pero se puso a trabajar con piedras y hace cosas así. Que es lo mejor que puede hacer un psicólogo!.
(risas)
E.C.: Ahora puso un local... en un lugar... un poco... (con esfuerzo) cheto. En la galería Alvear, al lado del hotel? Bueno, hay una galería...
S.K.: Sí, ya sé (no le dije que sabía porque TRABAJÉ en el Alvear, porque quise evitarle la urticaria).
E.C.: Ahí tiene el local. Fijate si algún día llegás a pasar por ahí, tiene cosas muy bonitas. (cómplice) Decile que sos amiga mía y seguro te hace algún descuento.
S.K.: Si alguna vez paso por ahí, me fijo si me gusta algo!

La Srta. K. saluda y se va. Se pierde en la multitud de San Telmo y nunca vuelve a mirar para atrás.