miércoles, noviembre 29, 2006

Fiona

Las fiestas de más o menos gala en compañía de mi hermana, me llevan a un patofeísmo que me cuesta mucho controlar "tú tienes cuerpo de fusil, yo estoy siempre a punto de estallar". Es una sensación primigenia e irracional, casi como el miedo a las cucarachas. Siempre voy a ser más fea que mi hermana (o por lo menos nunca voy a tener la panza chata como ella). Diferentes genes, nos queremos como se quieren dos personas que realmente se eligen y disfrutan estando juntas. Pero eso no lo puedo controlar. Por más que le ponga pilas y onda... y diga "Patito feo, sí... pero qué patito feo de metro ochenta y vestido rojo!!!", siempre voy a tener la sensación de que nunca voy a ser lo suficientemente bonita.

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