lunes, octubre 08, 2007

Finalmente, el gran miedo se cumplió: apareció una cucaracha en mi casa.
Por suerte, los dioses tuvieron la amabilidad de hacerla aparecer en su versión mini, por lo uqe:
a) se hizo más escurridiza y
b) terminé aplastándola en una segunda escaramuza con un tupper (es sabido cuán letales son los tupperwares).

Lamentablemente, se trata de la misma horda de cucarachas que atacó (con menos pánico) a mi hermana diez años ha. Aparentemente, habitan el desvencijado (y por ahora único) mueble de la cocina.
Por ahora, las combato con el ineficaz raid y con la promesa de éxito de la jeringa venenosa. De cualquier manera, es sabido que el flagelo continuará hasta que alguien (mi padre) se digne a cambiarme el mueble. Es decir, unos diez años más.
(Igual, lo quiero a mi papá).

3 comentarios:

  1. Holaaa .. !
    Recién chusmeando tu blog leí el de la Pignolata. A mí también me encantaaa, te enchastras toda pero el gustito a miel mezclado con la masa es riquísimo.
    Hablando de postres ricos, el Tiramisú no se queda atrás. Bien frío es lo mejor :D
    Bueno, mejor sigo trabajando, que ya me agarró hambre jaja
    besitoss

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  2. Hola, Belu!


    hace tanto que no como pignolata... que veo uqe la única posibilidad que me resta es prepararla (después te cuento qué tal salió)
    Ahora, lo del tiramisú... siempre le sospeché a los postres con vainillas: no son mi predilección.

    Beso!

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