jueves, enero 17, 2008

En mi barrio no hay sirenas.
Sin embargo, hay cotorras de piscina, muy pintorescas ellas y completamente insoportables antes del segundo café o las diez de la mañana: lo uqe ocurra primero.
Una de ellas parece que mató a alguien: la citaron a declarar por una muerte dudosa y la otra la iba a acompañar, porque el título de propiedad era de ella.
Estas pseudoabuelitas encantadoras son en realidad seres siniestros que repiten letanías indagando sobre la naturaleza de la no inmersión, el nivel de nado... Y no aceptan un NO como respuesta.
Creo uqe ya estoy anotada en su lista.

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