Y vinieron, nomás

La odisea del aire acondicionado concluyó ayer, cuando tres genios de la instalación tomaron el mando de la pared, el taparrollo, la ventana y el cosito donde van las llaves de la luz que saltan cuando no hay tampones.

Tengo muchas cosas para destacar, en primer lugar, la buena onda. Cosa absolutamente necesaria para a) trabajar y b) estar en casa cuando trabajan en la casa de uno.

1) hacía mucho tiempo que no segregaba tanta adrenalina. Pero estuvieron parados sobre la baranda del balcón. Quería sacar fotos, pero... me pareció que no iban a aceptarlo. Quiero decir: ellos arriesgaban su vida ahí afuera y yo uqería hacer de eso un hecho estético.
2) -Nunca del barrio
-Claro, porque ya te conocen!
Hay cosas uqe se me pasan de largo, ayer aprendí mucho.
3)-Aprendiste?
Otra cosa que aprendí.
4) Resulta que arriba del techo de mi casa, hay otro techo, uno con molduras. Lo primero uqe pensé fue en mi abuelo, que cuando jovencito, hacía molduras. De hecho, hizo molduras para un par de películas de Demare.
Entre mi techo y el techo original hay un espacio. Y de pronto, todos los fantasmas uqe no podrían vivir en mi casa (por falta de espacio, claro y porque no hago juegos de brujerías y esas cosas) encontraron un hogar en mi imgainación y en ese entretecho desconocido, inexplorado. Creo uqe ese es mi inconciente.
5)
























Me quedó sacarle fotos al bicho, para que vean cómo quedó colgado... A modo de final feliz. Evidentemente, no se me dan bien los finales felices.

Tranquilos, amigos. Esto no se transformará en un fotolog...