Hoy me desperté porque tenía enroscada la sábana en el cuello.
Cómo hice para que llegara hasta ahí???!!!
Habré sido Isadora en otra vida y estaba haciendo una dramatización de su/mi muerte? Igual, estaba soñando con otra cosa. No me acuerdo qué, pero sé que era otra cosa.
Lector apacible y bucólico, hombre de bien, discreto y sano, tira este blog Saturniano Pero si sabes contemplar, espantarte, los abismos, lee y aprenderás a amar. Alma que vas buscando abrigo y sufres mis dolores mismos, ¡apiádate!... si no te maldigo. (Baudelaire)
jueves, agosto 16, 2007
Mea culpa
Me calienta Giancarlo Gianinni.
Y Gino Renni cuando habla en italiano por radio, los domingos a la mañana!!!
Y Gino Renni cuando habla en italiano por radio, los domingos a la mañana!!!
miércoles, agosto 15, 2007
Empleado del mes
Corrientes y... ehhhh... entre paso y larrea?
Mc. Cuadrito del empleado del mes.
Quizá era sólo cansancio, pero... me dio una tristeza la cara de ese chico!!! Tenía una carucha!!! Como si fuera el Rey Tuerto y lo supiera.
Mc. Cuadrito del empleado del mes.
Quizá era sólo cansancio, pero... me dio una tristeza la cara de ese chico!!! Tenía una carucha!!! Como si fuera el Rey Tuerto y lo supiera.
martes, agosto 14, 2007
En mi departamento, la promiscuidad es sonora y olfativa, más que nada. La promiscuidad visual fue disminuída por una cortina de urgencia y un precario -pero no menos ingenioso- sistema de sostén.
La promiscuidad sonora: los tacos de quien sale a trabajar a las siete de la mañana. El cumpleaños de alguien, que hizo juntar una troup de niños (o al menos sonaban como una troup) para saltar sobre mi cabeza en la siesta del domingo. Las conversaciones telefónicas sobre ciertas prendas que hacen encontrar al amor de la vida de cualquiera que la use. Las burlas, las risas de alguien con sus amigos.
La promiscuidad olfativa: es eso que hace que cada domingo, el baño se llene de olor a fritanga. Y no voy a continuar hablando de esto.
La promiscuidad sonora: los tacos de quien sale a trabajar a las siete de la mañana. El cumpleaños de alguien, que hizo juntar una troup de niños (o al menos sonaban como una troup) para saltar sobre mi cabeza en la siesta del domingo. Las conversaciones telefónicas sobre ciertas prendas que hacen encontrar al amor de la vida de cualquiera que la use. Las burlas, las risas de alguien con sus amigos.
La promiscuidad olfativa: es eso que hace que cada domingo, el baño se llene de olor a fritanga. Y no voy a continuar hablando de esto.
lunes, agosto 13, 2007
En San Cristóbal no hay modales. La gente no dice "gracias" ni "perdón" ni "permiso". El boleto siemrpe es de $0,80 y los conductores ladran en favor de la patronal. Yo también he perdido mis modales. No existe la conciencia de clase. Ahora me compré un jogging para no desentonar. Uso zapatillas y ya no me pinto. Mi cara es una pesadilla y siento como que estoy llevando un cartel luminoso, alertaladrones si me pinto los ojos.
En San Cristóbal está esa realidad del trabajo y del trabajador de la que yo huía, en un sueño espeso de manifiesto comunista y poesía.
El trabajador es hosco.
Hay un silencio tácito de aceptación resentida, nos bancamos todo: la explotación, la falta de perspectivas, los llantos de niños a deshoras, la cumbia, el olor a parrilla de contrabando. Cuidamos lo nuestro y los demás que se mueran.
Que se mueran.
Que se mueran todos.
En San Cristóbal está esa realidad del trabajo y del trabajador de la que yo huía, en un sueño espeso de manifiesto comunista y poesía.
El trabajador es hosco.
Hay un silencio tácito de aceptación resentida, nos bancamos todo: la explotación, la falta de perspectivas, los llantos de niños a deshoras, la cumbia, el olor a parrilla de contrabando. Cuidamos lo nuestro y los demás que se mueran.
Que se mueran.
Que se mueran todos.
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