miércoles, diciembre 12, 2007

Raphael (El Niño)

Cierro mis ojos.... Para que tú no sientas ningún miedo...
Raphael sonaba en mi bichitodemp3. Canción que he escuchado bastante en los últimos años. Desde que entendí lo uqe era el kitsch. (No podría explicarlo, igual)
La tarde fue dolorosa, apurosa, cocinosa y demás.
Pero Raphael me alegró la tarde.
Evribadi!
-Cierro mis ojos para que tú me quieras librememteeee... para que tú me mires y no tiemmmblesss y puedas darrrme tu amor tal como eeeeeeess!

Cierto, lo canté riéndome. Vaya uno a saber qué pensaban los otros. Esos otros que miraban con deseo, que movían sus bocas intentándome, acercándome su deseo en palabras.
Vaya uno a saber qué se veía del otro lado.
Y me cayó (por enésima vez) la ficha.
De qué sirve que me digan queestoymásbuenaqueelpanconmanteca si a) yo no lo creo y b) al final siempre estoy aburridamente sola. Para qué voy a seguir representando el papel de fémina-cebra, esa sensualidad (auto)impuesta? Si me divierte más... eso mismo... divertirme. Reirme de los cánones y romper con esa estructura absurda -al menos cinematográfica- que las mujeres bellas no pueden hacer humor.
La belleza es una anécdota, es transitoria, transitiva...
Y al final, prendaconagujeroesponcho.
Y al final, por la noche la soledad desespera.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario