martes, febrero 19, 2008

Dos.

En cambio tengo el ruido de los perros. Escribo ruido y no ladridos, porque no sólo ladran estos perros, sino que además llorisquean y aúllan.
Por qué cosa fea debe estar pasando un perro para aullar, me vengo preguntando desde hace un tiempo. Ese grito lastimero...
Está todo bien con los perros, tengo la mejor de las ondas. El problema son los dueños.
Como La Loca de Los Perros, uqe vive en planta baja.
Una mujer tan peculiar... putea a los perros como putea a sus hijos. Como sus hijos se putean.
Nunca me voy a olvidar cuando -a los gritos, no hay otra forma para esta mujer- le decía a una ¿clienta?:

-Pero esto es muy importante, lo tenés que saber vos y nadie más...-, antes de largarle el rollo con una serie de ritos, velas, colores, santos y cosas, que ni me esforcé en memorizar. Al fin y al cabo, a mí no me incumbía. Pero se enteró la mujer y todo el edificio.
Yo por las dudas no quiero uqe me mire fijo. A ver si me saca lunares ome echa el mal de ojo...

4 comentarios:

  1. Mmm... creo que hay que tener un biqueeerful con eso.
    Pero a la vez puede ser útil saber hacer "un trabajo" de esos.

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  2. yo les hablo a mis perros también

    cuando llego les digo "hola, cómo andan?"

    y cuando me voy les digo "pórtense bien, no hagan mucho quilombo y cuiden a los gatos"

    estaré muy mal?

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  3. Atinina: Sí... esa mujer es de temer hasta por su aspecto... Pero a las brujas, les saco la lengua... Pero uqe las hay, las hay.

    Perfum, no voy a repetirlo!!! Imaginate si pese a mi sacada de lengua, me convierte en sapo!?!?

    Horacio: definitivamente. Muy mal! jejejejejeje

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