Las paredes se caen, las estructuras se abren y se cierran. Los espacios se mueven, las gentes también. Hay una circulación que contrasta con tanta arista. Y yo que soy tan lenta! Tan lenta para acomodarme, para acostumbrarme, para encariñarme, para moverme.
Y yo también soy circular, intentando acomodarme en un lugar rectilíneo. Acomodándome en las comodidades externas, en la incomodidad interna. Quiero desplegar las alas de mariposa y tengo límites muy cercanos. Soy rara. No soy de aquí, ni soy de allá. No pertenezco a ningún lugar habitado. Somos mi mundoacuestas y yo. Como el Castillo Imaginario.
E incluso estando sin estar, siento los ultrajes a mi burbuja. Los olores, los calores la obligada vista miope.